Asuntos Generales
Las normas sociales, como muchos otros fenómenos sociales, son el resultado no planificado de la interacción de los individuos. Se ha argumentado que las normas sociales deben entenderse como una especie de gramática de las interacciones sociales. Como una gramática, un sistema de normas especifica qué es aceptable y qué no en una sociedad o grupo. Y, análogamente a una gramática, no es producto del diseño humano. Este punto de vista sugiere que un estudio de las condiciones bajo las cuales surgen las normas, en contraposición a uno que enfatiza las funciones que cumplen las normas sociales, es importante para comprender las diferencias entre las normas sociales y otros tipos de mandatos (como imperativos hipotéticos, códigos morales, o reglas legales).
Otro tema importante a menudo desdibujado en la literatura sobre normas es la relación entre creencias normativas y comportamiento. Algunos autores identifican normas con patrones de comportamiento observables y recurrentes. Otros solo se enfocan en creencias y expectativas normativas. A tales relatos les resulta difícil explicar la complejidad y heterogeneidad de los comportamientos basados en normas, ya que ofrecen una explicación de la conformidad que, en el mejor de los casos, es parcial.
Algunas explicaciones populares de por qué existen las normas sociales son las siguientes. Las normas son medios eficientes para lograr el bienestar social (Arrow 1971; Akerlof 1976), prevenir fallas del mercado (Jules Coleman 1989) o reducir los costos sociales (Thibaut y Kelley 1959; Homans 1961); Las normas son equilibrios de Nash de juegos de coordinación o equilibrios cooperativos de juegos de tipo dilema del prisionero (Lewis 1969; Ullmann-Margalit 1977) y, como tales, resuelven problemas de acción colectiva.
Teorías tempranas: socialización
En la teoría del actor socializado (Parsons 1951), la acción individual se entiende como una elección entre alternativas. La acción humana se entiende dentro de un marco utilitario como instrumentalmente orientada y maximizadora de la utilidad. Aunque un escenario utilitario no implica necesariamente una visión de los motivos humanos como esencialmente egoístas, esta es la interpretación preferida del utilitarismo adoptada por Talcott Parsons y gran parte de la sociología contemporánea. En este contexto, resulta crucial explicar a través de qué mecanismos se logra el orden social y la estabilidad en una sociedad que de otro modo estaría en un estado de naturaleza hobbesiano permanente. En resumen, el orden y la estabilidad son fenómenos esencialmente derivados de la sociedad, provocados por un sistema de valores común: el “cemento” de la sociedad. Los valores comunes de una sociedad están plasmados en normas que, cuando se conforman, garantizan el funcionamiento ordenado y la reproducción del sistema social. En el marco parsoniano, las normas son exógenas: cómo se crea ese sistema de valores comunes y cómo puede cambiar son cuestiones que quedan sin explorar. La cuestión más importante es más bien cómo se deben seguir las normas y qué impulsa a los egoístas racionales a acatarlas. La respuesta que da la teoría del actor socializado es que las personas se adhieren voluntariamente al sistema de valores compartidos, porque se introyecta para formar un elemento constitutivo de la personalidad misma (Parsons 1951).
Teorías tempranas: identidad social
Se ha argumentado que la conducta a menudo está estrechamente arraigada en una red de relaciones personales y que una teoría de las normas no debe dejar fuera de consideración el contexto social específico (Granovetter 1985). Los críticos de la teoría del actor socializado han pedido una concepción alternativa de las normas que pueda explicar la relación, a menudo débil, entre creencias y comportamiento (Deutscher 1973). Este enfoque alternativo considera que las relaciones sociales son cruciales para explicar la acción social y considera la identidad social como un factor motivador clave. (Un fuerte apoyo para este punto de vista entre los antropólogos se encuentra en el trabajo de Cancian 1975.)